miércoles, 13 de febrero de 2013

I'm fine...


Dolor,
aparece en todas sus formas.
Una pequeña punzada,
un poco de dolor muscular,
el gran dolor,
el dolor con el que vivimos todos los días...

Luego está ese dolor que no puedes ignorar.
Un nivel tan alto de dolor que bloquea todo lo demás,
hace que el resto de tu mundo desaparezca
hasta que podamos dejar de pensar lo mucho que nos duele.

Como controlemos ese dolor depende de nosotros.
Dolor.
Lo anestesiamos, lo echamos,
lo abrazamos, lo ignoramos...
Lo sustituimos por uno físico....

Ese dolor interior que intentas combatir con uno exterior,
crees que si sientes dolor por fuera,
el de dentro se irá, pero al final,
después de un pequeño alivio,
sólo obtendrás más dolor.

Algunas veces simplemente hay que vivir con él.
Dolor.
Sólo te queda esperar,
esperar que la herida que lo produce se cure.
No hay soluciones, no hay respuestas fáciles...

Sólo puedes respirar hondo y esperar a que desaparezca.
La mayoría de las veces,
el dolor se puede controlar, pero en ocasiones,
el dolor te ataca cuando menos te lo esperas,
te pega justo debajo del estómago y no te suelta.

Dolor,
tienes que luchar contra él, 
por que lo cierto es
que no puedes desecharlo sin más...

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